Darte cuenta que necesitas un tratamiento adicciones Madrid no es nada fácil de aceptar, sin embargo, es el inicio de tu recuperación. Una vida sin adicciones, es libre. Estos factores adictivos nos atan y si no actuamos de inmediato, nos envuelven hasta que es demasiado tarde para retroceder.
Tampoco es fácil decir soy un adicto, pero una vez que lo consigues, esas cadenas que te agobian se romperán para que con ayuda de profesionales en el área puedas comenzar el nuevo ciclo de vida que te espera. Lo que necesitas es dar ese primer paso. Nadie ha dicho que será un camino sin espinas, pero con apoyo y asesoría especial podrás lograrlo.
Pero que pueden hacer por ti estos centros, simple: ayudan y aplican el proceso para tratar las adicciones de manera individual con sesiones de psicoterapia, además, de ir mucho más allá, pues encuentran el origen y las causas del problema.
Todos queremos respuestas a nuestras enfermedades y padecimientos, sin importar que sean. Para la mayoría se hace necesario saber ¿por qué me pasa a mí? Estas preguntas en ocasiones quedan sin respuestas, pero en el caso de las adicciones, no es usar el motivo para justificar nada más que la conducta, es saber que hay factores que no podemos controlar con que nos impulsan a ser adictos. Esto ayuda a minimizar un poco ese sentimiento de culpa constante.
Comúnmente se habla sobre la adicción al juego, alcohol, drogas, estupefacientes y sexo, pero hay una nueva que está controlando prácticamente nuestra existencia y todo lo que hacemos: Internet.
Internet y las relaciones humanas, los juegos, el trabajo, las compras, las transacciones bancarias, los conflictos familiares, hablar con el maestro de nuestros hijos. En fin, nuestro mundo gira entorno a esa gran red. Hay que tener precaución para no caer en una necesidad agobiante de usar dicha herramienta.
Incluso la gente ha dejado de salir, de hablar, de comer y hasta ha muerto por no haber sido capaces de ver que más allá de ser una excelente herramienta: que debe ser utilizada como tal y con mucho cuidado, no sustituye una vida real. Lo más triste es que son nuestros niños y adolescentes los que mayor peligro corren de caer en esta adicción desmedida y, lamentablemente, ya lo estamos viviendo.
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