El control de accesos es un equipo que tiene la función de restringir o permitir el ingreso de personas a un área determinada de una oficina, la cual se encarga de validar continuamente la identidad de quienes tengan la intención de acceder a este espacio, a través de lecturas especializadas y estableciendo un control de los recursos (puertas o torniquetes).
Estos responden a un dispositivo biométrico, ya sea por medio de una contraseña o de proximidad, el cual bloquea la entrada por medio de un aparato como un motor, cantonera o electroimán. De esta forma, la entrada se verá limitada a determinado grupo de personas autorizadas o a registrar su presencia en un lugar.
Los sistemas de control de accesos se dividen, básicamente, en dos tipos:
- Sistemas de Control de Acceso Autónomos: tienen la posibilidad de controlar varias puertas, sin necesidad de estar conectados a un ordenador o un sistema central. Sin embargo, no almacenan datos de acontecimientos; y, en algunos casos, no poseen la capacidad de restringir la entrada por horarios o puertas específicas. Todo dependerá de la robustez de la marca que haya elegido.
- Sistemas de Control de Acceso en Red: están integrados a un ordenador remoto o local, en el que está instalado un software especial que permite tener un registro de todas las acciones que se hayan realizado (autorización, fecha, hora, etc.). Sus requerimientos dictarán el tipo de aplicación que realmente necesita.
Evolución tecnológica a favor de su negocio
Indudablemente, los parámetros de seguridad que se vayan a crear en una empresa se podrán cumplir con más efectividad y precisión, gracias a la instalación de estos sistemas de control de acceso. Además de esto, los empresarios ganarán mayor supervisión sobre el cumplimiento de los horarios por parte de los empleados y las salidas que tengan fuera de las instalaciones.
Algunos aparatos son tan avanzados que tienen la capacidad de guardar en su memoria hasta 200.000 huellas y 12.500 imágenes; pero, si esto le parece poco para su proyecto, también podrá conseguir equipos más sofisticados que registren a 125.000 personas, 250.000 huellas dactilares, 20.000 fotografías y 10 millones de actividades.
Uno de los más comunes es el que utiliza una tarjeta electrónica, porque son fáciles de manejar, cómodos y no genera pérdida de tiempo. Sin embargo, hay casos en que es fundamental implementar un aparato de huella o clave numérica, para ofrecer más seguridad en un área específica de su preferencia.